Préstamos a jubilados y pensionados que otorgan las mutuales y cooperativas
Una historia de millones
Los abuelos pagan 2.400 millones de pesos anuales por sobrecostos financieros en los préstamos que piden a un grupo reducido de mutuales y cooperativas. La cifra equivale al 16 % del presupuesto del PAMI para 2011. El defensor de la Tercera Edad porteño denunció que hay mafias detrás del sistema y las mutuales se defienden exigiéndole pruebas. El silencio de los funcionarios del Estado Nacional es absoluto.
Cuando Elcira Olivera ingresó a la sucursal del Banco Patagonia para cobrar su pensión la promotora que se le acercó, amablemente, le entregó un folleto en el que leyó, sin necesidad de anteojos: “Dinero en el acto para jubilados y pensionados”. Elcira, al aceptar el préstamo que le estaban ofreciendo, ingresó a un sistema formado por mutuales y cooperativas que, con la asistencia del Estado, cobra costos financieros que, en promedio, duplican a los que cobran los bancos oficiales. Los beneficiarios de la ANSeS pagan intereses en exceso por, aproximadamente, 2.400 millones de pesos al año. Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad porteño, afirmó que fue “apretado” por la Cámara de Mutuales, cuando denunció los abusos.
La abuela de 76 años no advirtió que esa decisión que tomó en la sucursal bancaria la llevaría a relacionarse con los servicios financieros que prestan las mutuales y cooperativas. Confió en los dichos de la promotora que le aseguraba que era el organismo previsional el que le iba a retener las cuotas del crédito y porque, además, todo el trámite lo estaba efectuando adentro del banco donde hacía mucho tiempo que cobraba sus haberes. Cuando regresó a su casa con el dinero, le pidió a su nieto Ramiro que revisara lo que le habían dado y juntos hicieron las cuentas que ella no realizó antes de endeudarse.
--Los papeles que firmaste son de una cooperativa que se llama Gran Coop y de una mutual AF Sistema Preventivo Social, no tienen nada que ver con el banco Patagonia— dijo Ramiro mientras tecleaba en la calculadora unas cuantas cifras y fruncía el ceño.
--¡Me lo ofrecieron en el banco! y las cuotas las descuenta la ANSeS de mi sueldo… ¡Es oficial!— expresó Elcira, un poco confundida por la actitud de su nieto, un joven universitario.
Ramiro deseaba empezar de nuevo ese día, para impedir lo que sabía que iba a ser un problema. ¡Imposible!. —exclamó, al mismo tiempo que totalizaba la cuenta.
---Por 1.000 pesos en efectivo que te prestaron, en 12 meses vas a terminar pagando, solamente por intereses y cuotas mutuales, 740 pesos ¡Casi el triple de lo que te hubiera cobrado el Banco Nación o el Banco Ciudad!—
Doña “Elsa”, como la llamaban en el barrio a la abuela, no entendía el reclamo que su nieto le formulaba por no haber pedido el préstamo en un banco oficial.
---Los bancos oficiales rechazan los préstamos de dinero a los jubilados que no cobramos en sus sucursales. Para cambiar de un banco privado a uno oficial es casi imposible, y si lo llegaran a aceptar, demora meses y… ¡la plata la necesito ahora!—
---¡Pero, por eso, estás pagando un costo financiero del 74%! Retrucó Ramiro.
---A mí me dijeron en el banco que la tasa era del 36 nada más…Acá está! Escrito en la parte de atrás del folleto. Me lo puso la chica que me atendió. ¿Ves? T-N-A- 36 % y, también, dice cuota fija en pesos—
---Abuela, 36% es la tasa nominal anual, que es la parte de los intereses, solamente. Pero a eso hay que agregarle, el seguro de vida que te hacen, las cuotas de afiliación, el I.V.A., los gastos que cobra el banco. Todo eso sumado sirve para comparar la conveniencia del préstamo y se llama “Costo Financiero Total”.
Ramiro fue hasta su cuarto y volvió con una carpeta ilustrada con la foto de un auto. Se podía leer desde lejos “BBVA Francés-Sólo tenés que elegir el color, tu préstamo prendario está aprobado”, se quedó parado al lado de la abuela.
---Ves abuela--- le dijo, mientras le señalaba la parte inferior de la publicidad que tenía un ejemplo para un crédito de 25.000 pesos a pagar en 60 meses. Las letras negras sobre cartulina celeste permitía leer fácilmente: ”CFT-Costo Financiero Total (Efectivo Anual): 35,09% - T.N.A.-Tasa Nominal Anual: 21,50%”
---Estos valores tienen que figurar, sí o sí, en las publicidades de los préstamos, son normas del Banco Central, que es el organismo que regula las cuestiones financieras— expresó Ramiro con tono de docente. Inmediatamente, sacó otro folleto al tiempo que le decía: ---este es otro préstamo, pero personal, te dan el dinero en efectivo, es del Banco Santander Río ¿Ves?---Y leyó: “Costo Financiero Total 72,32%, Tasa Nominal Anual 34 %” --- A mí me conviene que me financie el Banco Francés para comprar el auto ¿Entendés?— Mientras se sentaba enfrente de su abuela nuevamente, le recordó:
---La tía Esther va a sacar1.000 pesos de préstamo en el Banco Nación que, también, le descontarán de la pensión de ANSeS, pero va a pagar menos del 28% de costo financiero total. Y a ella le dieron un resumen con todos los datos, ya sabe cuánto pagará, desde la primera cuota hasta la última, la 24.
La abuela Elsa regresó a la sucursal bancaria, antes del cierre de ese día. Quería anular el crédito. Pero, esta vez la promotora no fue tan amable, sólo le dijo: “Ya se cargó por sistema la operación en ANSeS y no se permiten anulaciones”. La abuela se sintió engañada…
Después de que la Administración Nacional de la Seguridad Social descontó la totalidad de las cuotas del préstamo otorgado, Elsa realizó gestiones durante dos años más para que el organismo estatal anule los descuentos que venía aplicando sobre su pensión desde el otorgamiento del crédito, por afiliación a la mutual “AF” y a la cooperativa “Gran Coop”. Fueron, más o menos, 19 pesos mensuales. Esta demora le costó otros 456 pesos más, casi la mitad de la plata que había recibido aquel diciembre de 2005.
Un reconocimiento que no pudo ser
Cuatro años después, el 4 de diciembre de 2009, la ANSeS realizó un informe para fundamentar una resolución, la número 336/09, que reducía en un 50 % los costos financieros que cobraban las mutuales y cooperativas a los jubilados que solicitaban préstamos a través del sistema “e@descuentos” y lo tituló: “Resolución ANSES sobre mutuales genera un ahorro de $ 1.200 millones al año para jubilados”.
El sistema al que alude ese escrito oficial es el que utilizan las entidades que otorgan créditos para verificar de manera “on line” que el jubilado o pensionado cobre sus haberes a través del organismo de la seguridad social del Estado Nacional. También, es utilizado para que la ANSeS apruebe la operatoria y deduzca de sus futuros haberes las cuotas del préstamo y de la afiliación del beneficiario para, posteriormente, acreditarla en la cuenta bancaria de las entidades que prestaron el dinero.
En los fundamentos que utilizó el organismo de la seguridad social para respaldar la resolución, se contabilizaron, sólo en ese año, 1.370.353 casos como el de la abuela Elcira. A su vez, reveló que los jubilados estaban pagando costos financieros totales del 90%, cuando en el mercado de préstamos personales a tasa fija en moneda nacional el promedio era del 41% (ver primer párrafo hoja 3 del informe realizado por la ANSeS que utilizó fuentes del Banco Central República Argentina e hizo un relevamiento propio (http://www.anses.gob.ar/prensa/gacetillas/2009/diciembre/Informe_mutuales.pdf). Esta diferencia, entre los costos financieros de mercado y los costos que pagaban los abuelos, determinó para el año 2009 que 1.200 millones de pesos fueron pagados en exceso, en concepto de intereses, por los créditos que habían tomado los jubilados en el sistema de mutuales y cooperativas, cuando el haber mínimo jubilatorio en ese momento era de 770 pesos. En 2011, la jubilación mínima se incrementó al doble, lo que implica un aumento de montos en la misma proporción, para la actualidad.
Además, el mismo escrito reveló que por afiliación obligatoria de los jubilados y pensionados que pedían créditos a las mutuales y cooperativas, la ANSeS transfirió en 2009, casi 336 millones de pesos, a estas entidades que fueron creadas “como medio de protección y amparo para solucionar problemas comunes, teniendo como guía la solidaridad y por finalidad, lograr el bienestar material y espiritual de sus miembros”. Así, lo especifica en su página de internet oficial el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), que es el organismo del Estado Nacional encargado de legislar, controlar y promover la economía social con respecto a Cooperativas y Mutuales.
No obstante el reconocimiento oficial, las entidades inscriptas en el INAES aplican a los créditos para los beneficiarios de ANSeS los “Costos Financieros Totales” más caros del mercado, si se compara, por ejemplo, con el Banco Credicoop, que cobra el 31,69%; Banco Nación Argentina, 27,24% y el Banco Ciudad, 32,32%.
La calidad de repago y el riesgo de morosidad inexistente que tienen estos créditos a jubilados, pagados con haberes protegidos ante embargos, inhibiciones e intangibilidad, por normativas previsionales de la Nación, no son tenidos en cuenta por el sector asociativista, a la hora de fijar los costos financieros totales que cobran, los que promedian el 55% y llegan hasta el 90% o 100% en algunos casos, y sin fundamento técnico, como lo reconoce el organismo del Estado en el informe del 4 de diciembre de 2009: “No existe justificación alguna en el plano de la teoría económica y de las finanzas para cobrar tasas como las vigentes hasta la fecha de publicación de la Resolución 336/2009. El de los jubilados es un sector que ha demostrado un alto porcentaje de repago de sus obligaciones en tiempo y forma”.
También, en esa gacetilla informativa oficial se identifica las adversas condiciones de endeudamiento que tienen que afrontar los abuelos: “Si bien tasas en el orden del 41% continúan siendo elevadas, representan menos de la mitad de los que se cobra hasta hoy a los jubilados”.
¿Negligencia o corrupción?
Un error técnico-legal en esa resolución firmada por el actual director ejecutivo del organismo de la seguridad social, Diego Bossio, que fue advertido por la justicia, en primera instancia, ante un recurso presentado por la Confederación Argentina de Mutualidades (CONAM) dio lugar a la paralización inmediata de la iniciativa que beneficiaba a los jubilados. Finalmente, el 15 de diciembre de 2010 la Gerencia de Prestaciones Centralizadas del organismo previsional, por nota GPC número 1.480/10, dejó sin efecto la norma que había sido anunciada un año antes para beneficio de los abuelos. Y hasta la fecha se mantienen las mismas tasas que hace ocho años atrás.
El fundamento del fallo de la Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo contencioso administrativo federal que impidió a la ANSeS reducir las tasas de interés que se cobran por los préstamos a los jubilados, se sustentó en la falta de competencia administrativa, por parte del organismo previsional, para actuar en el sistema regulatorio de las organizaciones mutuales y cooperativas. Así quedó plasmado en la causa número 5.495/10 “Confederación Argentina de Mutualidades c/ EN-ANSeS Resol 336/09 (905/08) s/ proceso de conocimiento” de fecha 23 de setiembre de 2010.
El segundo párrafo del punto séptimo de los considerandos de ese fallo expresa: “No parece ser la ANSeS el organismo habilitado para la fijación de precios de bienes y servicios brindados por asociaciones mutuales, tampoco ha quedado acreditada la imprescindible necesidad de un ejercicio extensivo de sus facultades”. Asimismo, en el punto anterior de los fundamentos que presenta el tribunal de alzada determina que, según el artículo séptimo de la Ley Nacional de Procedimientos Administrativos, la “competencia” es un requisito esencial del acto administrativo y, además, sostiene: “Que la Administración no puede obrar sin que el ordenamiento lo autorice en forma expresa o razonablemente implícita, de tal suerte que es propio del régimen administrativo del Estado, el principio en función del cual -debe entenderse prohibido lo no permitido-”.
Este principio se aplica a la resolución 281/06 del 30 de marzo de 2006 que firmó Sergio Massa, cuando era director ejecutivo de la ANSeS, la que dejó sin efecto el artículo 31 de otra resolución refrendada por él, 21 días antes, la número 212/06. Las consecuencias de la modificación fueron que el organismo de seguridad social perdió las facultades para rescindir los convenios firmados con las mutuales y cooperativas que integran el sistema de préstamos con descuento de haberes. No se encontraron antecedentes similares en donde la Administración Pública elimine “totalmente” sus facultades para rescindir un convenio de este tipo. Los fundamentos de la resolución 281/06, en el cuarto párrafo, sólo menciona “la necesidad” de eliminar ese artículo 31, pero no especifica las causas.
Las afirmaciones del dirigente Rubén Gioannini: “Los jubilados seguimos pagando por el dinero hasta el 90 % de costo financiero anual.” (Ver recuadro: “Siempre pierde el más vulnerable”) se corroboran con la ausencia de normativas, por parte de los organismos del Estado, para lograr que las mutuales y cooperativas presten dinero de acuerdo a las tasas regulares del mercado. Según valores del año 2009, este sobrecosto financiero que le quitaba al sector pasivo recursos por, aproximadamente, 1.200 millones de pesos al año, en la actualidad, aplicando la misma proporción en la que aumentaron los haberes en el período 2009-2011, alcanza los 2.400 millones de pesos anuales, lo que equivale al 2 % del presupuesto nacional 2011 para las prestaciones de la seguridad social, o cerca del 16 % del presupuesto que este año ejecutará el PAMI.
“La cifra que se maneja da cuenta de que hay fuertes intereses”, aseguró el defensor de la Tercera Edad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Eugenio Semino, quien afirmó que ha intervenido en “miles” de casos para proteger a jubilados que fueron perjudicados por parte de cooperativas y mutuales que ofrecen préstamos por medio del sistema de descuento de haberes de la ANSeS.
A pesar de las 559 entidades que están adheridas al “e@descuento”, son sólo 33 de ellas las que concentran el 71,6 % de la operatoria. Mientras que las 526 organizaciones restantes, entre las que se encuentran bancos oficiales como el Nación, el Ciudad de Buenos Aires o cooperativos como el Credicoop, no llegan al 30 % del mercado de préstamos a jubilados, a lo que hay que agregar, como dato característico, que esas mutuales y cooperativas, que manejan la mayoría de las operaciones del sector, se encuentran instaladas en Capital Federal y en el conurbano bonaerense.
“A través de los años hice una gran cantidad de denuncias públicas y en alguna ocasión hasta tuve la presencia de la Cámara de Mutuales que me -apretaron- directamente. Estamos frente a una real mafia”, denunció el defensor de la Tercera Edad porteño.
Estos dichos fueron desestimados por el vicepresidente de la Confederación Nacional de Mutualidades de la República Argentina “CONAM”, Raúl Fernández, quien reconoció que existían algunas mutuales que cobraban intereses abusivos pero, a la vez, pidió que el Defensor de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires aporte datos precisos de quiénes fueron las personas que lo habían –apretado-. Asimismo, hizo un reclamo para que las autoridades del ANSeS excluyan del sistema a las entidades que no cumplen, o lo hacen mal, pero que aseguren la continuidad de un sistema que auxilia financieramente a los jubilados y pensionados que no pueden calificar para tomar créditos en la banca privada.
Por otro lado, las mutuales y cooperativas transfieren a los bancos comerciales sus carteras crediticias, aunque la normativa excluye a estos para ofrecer créditos con código de descuento de la ANSeS. Sin embargo, lo hacen utilizando los códigos de descuentos de mutuales y cooperativas con las que establecen convenios y suscriben instrumentos financieros que requieren de la intervención de la Comisión Nacional de Valores. Ejemplo de esta mecánica son los fideicomisos financieros: “Mas Cooperativa” con el Banco Finansur (http://www.cnv.gov.ar/InfoFinan/blob2.asp?DOCID=11966); “Gran Cooperativa” con Banco de Rosario (http://www.rosfid.com.ar/files/FF%20GRANCOOP%20II%20Suplemento%20autorizado.pdf); “Asociación Mutual de Protección Familiar” con el Banco Superville (http://www.cnv.gov.ar/InfoFinan/blob2.asp?DOCID=12078) o los casos de “Mutual Los Aromos de los habitantes de la C.A.B.A.”, que capta afiliados a través de los abuelos que cobran sus haberes en el Banco Piano para después terminar cediéndole su cartera crediticia con código de haberes de la ANSeS (http://www.cnv.gov.ar/InfoFinan/blob2.asp?DOCID=15721). De la misma forma lo hace la “Asociación Mutual Bilbao 1912” con el Banco Macro (http://www.bilbao1912.com.ar/planes.php) Éstos son algunos de ejemplos que se pueden encontrar en internet de cómo el sector financiero privado “elude” las disposiciones legales que impiden su intervención en los préstamos al sector pasivo, utilizando el código de descuento que otorga la ANSeS.
El caso del Banco Nación y del resto de las entidades oficiales que están adheridas al sistema “e@descuentos”, es particular: mientras el Banco de la Nación Argentina publicita, a través de su página web, créditos a jubilados y pensionados con costos financieros totales (CFT) que no superan el 28 %, casi tres veces menor a lo que cobran algunas de las organizaciones de la economía social, sólo capta un poco más del 8% de los créditos y lo hace, casi exclusivamente, por los programas de venta de electrodomésticos y computadoras que promueve el Estado Nacional; no, por préstamos de dinero en efectivo.
Por su parte, el Banco de la Ciudad de Buenos Aires, si bien publicita tasas mayores que el Banco Nación, no superan el 33 % de CFT, las mismas son significativamente inferiores a los que cobran las mutuales y cooperativas. Sin embargo, restringe las operaciones a pasivos que cobran sus haberes en el banco y limita los montos a tres sueldos, de esta forma, quita incentivos a un producto financiero muy seguro y rentable, además de coartar la función social que su Carta Orgánica declara.
El Banco de la Provincia de Buenos Aires (BAPRO), al igual que su par de la Ciudad de Buenos Aires, presenta tasas mucho más convenientes que las del sistema mutualista, pero, también concentra las operaciones sólo en su cartera de clientes y no da lugar a que los jubilados que cobran en otros bancos puedan acceder a esa línea de créditos, que está especialmente diseñada para ellos.
La indiferencia oficial
La información oficial generada por la Administración Nacional de la Seguridad Social no ha podido ser actualizada hasta hoy, a pesar de los pedidos realizados a la Gerencia de Finanzas de la ANSES a cargo de Estéban Santa Cruz, a la Subdirección de Administración que está a cargo de Germán Cervantes y a la Coordinación de Liquidaciones Especiales que dirige la contadora Marina Ieracitano.
Por otra parte, también, se solicitó información al subdirector de administración, a través de su secretaria, Nora Ponce, respecto a la cantidad de beneficiarios de ANSeS que cobran sus haberes en los bancos oficiales, con el objeto de calcular cuántos jubilados tienen acceso a créditos con costos financieros totales menores al 30 % y cuántos quedan excluidos de ese “privilegio”. Pero, tampoco, respondió el funcionario.
En el caso del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social, no se recibió respuesta positiva a ninguno de los pedidos de información realizados al coordinador general del Consejo Federal y Regionales de ese organismo, licenciado Andrés Lablunda, que se hicieron a través de su secretaria, Graciela Medina, y de la oficina de prensa y comunicación que dirige Norma Terzi y colabora Adriana Sago.
La información que está cargada en la página oficial del organismo de la seguridad social (www.anses.gob.ar ) se encuentra en el rubro “Mutuales – Afiliación a Terceras Entidades”. Ahí, se puede consultar el listado de mutuales y cooperativas habilitadas en el sistema e@descuentos. La misma, corresponde al mes de abril de 2010 a pesar de que la resolución ANSeS 905/08 en sus artículos 13 y 14, exige mantenerla actualizada mensualmente.
En esa base de datos se comprueba la inexactitud de la información cargada. Por ejemplo, la Asociación Mutual 22 de Julio, que figura en la línea “673” de la planilla de Excel consultada, indica que para un préstamo a 12 meses por un monto menor a 5.000 pesos le corresponde un Costo Financiero Total (CFT) de 39,09 % , cuando en realidad en sus oficinas de la calle 25 de mayo número 25 de la localidad de Avellaneda, provincia de Buenos Aires, sus promotores ofrecen dinero a costos mayores al 55 % de CFT, aunque no se ha podido determinar, fehacientemente, si existe otro gasto o deducción, ya que la información que proveen es imprecisa. Las dudas aumentan cuando vemos que en la planilla que suministra el organismo figura en la columna de gastos “2,00”, sin que se pueda determinar si se trata de porcentaje o de una suma de dinero.
La situación anterior se repite a lo largo de las 1.801 filas que posee la planilla “excel” de información, donde se alternan Costos Financieros Totales del 61,03 % como pasa con la Cooperativa de Vivienda, Consumo y Crédito Finadi (fila 1.338) o de 101,74 %, como en el ejemplo de “Mutual Gas” (fila 1.524) ambos para un préstamo a 12 meses de plazo. Pero, en ninguno de los casos es posible determinar con precisión los costos.
La sobreabundancia de información publicada por la Gerencia Unidad Central de Apoyo de la ANSeS, neutraliza cualquier intento que podrían hacer los jubilados y pensionados para determinar los costos totales de los créditos que ofrecen las mutuales y cooperativas, antes de decidirse por un préstamo. (ver “Listado de Entidades” (http://www.anses.gob.ar/jubilados-pensionados/mutuales-afiliacion/).
El defensor porteño Eugenio Semino dice estar convencido de que hay una cadena de connivencia, más que sugestiva, en todo el sistema de préstamos con descuentos de haberes para beneficiarios de la ANSeS. Con una experiencia de quince años en el cargo, sentencia: “Los jubilados no hacen la cuenta de lo que después van a terminar pagando que, en general, es el doble de lo que debería ser”.
Un ejemplo de la afirmación de Eugenio Semino es el caso de Prudencia Guilarducci, que brinda su testimonio en la página oficial de la Asociación Mutual Bilbao 1912 de Asistencia y Servicios, en donde la señalan como asociada 7273 a esa mutual. Prudencia cobra jubilación y pensión, en el Banco Ciudad de Buenos Aires. Pero, como esta institución presta a los beneficiarios de ANSeS hasta un monto de tres haberes, la suma total que podía recibir del banco oficial era menos de la tercera parte de lo que le prestaban en el Banco Macro que, sólo le exigía afiliarse a la Asociación Mutual Bilbao 1912 para poder encuadrar la operatoria crediticia en el sistema “e@descuentos” del ANSeS.
Por ese motivo, Prudencia sacó un préstamo para jubilados con descuento de haberes en la sucursal Morón del Banco Macro S.A. que le permitió, en 2007, viajar a Israel. A principios de 2011 lo renovó por un total de 15.000 pesos que le sirvieron para terminar de pagar el crédito anterior y contar con dinero en efectivo para organizarse porque, según dijo, “estaba cobrando muy poquito por los descuentos que le hacía ANSeS por los préstamos”. Ella, no recuerda bien la plata que le sobró pero, con los recibos de cobro en la mano, sí, pudo precisar que el organismo de la seguridad social del Estado le terminará descontando de sus haberes, después de 24 meses, 21.785 pesos. Totalizando 907,70 pesos mensuales, le descontarán, 433,40 de su jubilación y 462,30 de la pensión que recibe por su marido fallecido y 12 pesos en concepto de afiliación a la mutual.
Haciendo los cálculos se puede determinar que el costo financiero aplicado por la Asociación Mutual Bilbao 1912 es de 45,23% superando, en más de trece puntos porcentuales a lo publicado en la página oficial de ANSeS, “Listado de entidades” -fila 1490 de la planilla-, en donde figura 31,67% como costo financiero total “CFT” para 15.000 pesos de préstamo a 24 meses de plazo.
Cuadro 1: Entrevista
Siempre pierde el más vulnerable
Los sueldos de los jubilados que solicitan estos créditos, en su gran mayoría, son los más bajos del sistema, son los más vulnerables y es injusto que se aprovechen”, respondió Rubén Gioannini, presidente de la Fundación Movimiento Patriótico Nacional y Previsional, a la pregunta del periodista sobre qué opinión tenía de los préstamos que las mutuales y cooperativas otorgan a los jubilados.
El dirigente que todas las mañanas de los días jueves durante la última década, encabeza la movilización en el centro porteño para reclamar que el Estado cumpla con las sentencias y por la vigencia del 82% móvil, entre otros reclamos, se apoyó sobre la camioneta que la fundación usa para transportar sillas, carteles y todo lo que necesitan en las manifestaciones. Eran las 10 de la mañana del 14 de octubre pasado y el parlante de la fundación que dirige Gioanini, con sus demandas, hacía vibrar las ventanillas de los coches que circulaban por Libertad al 700, de la Capital Federal.
Unos cincuenta abuelos, algunos con remera musculosa, y otros con ropa de trabajo advertían que conservaban varias cosas de tiempos no tan remotos, entre ellas, el físico y las energías. Las mujeres del grupo, en su gran mayoría, portaban carteles que decían “82% YA” o “Kristina dejá de robar”. También, repartían notas fotocopiadas con reclamos y, junto a los varones, invitaban a la gente a sentarse en la platea que habían formado con sillas plásticas, orientadas hacia la parte de atrás de la camioneta F-100 clarita modelo ´70, donde en minutos más hablaría Rubén.
Desde un piso alto del edificio donde funciona el Consejo de la Magistratura, empezaron a caer papelitos y algunas manos se asomaban entre los ventanales vidriados con el pulgar en alto. A cada minuto que pasaba tres o cuatro sillas se ocupaban y Gioannini decidió apagar el sonido.
P.--¿Cuántas sillas tienen?
R.G.—Ciento veinte, pero siempre hay gente que se queda parada.
P.—Usted dijo recién que “es injusto que se aprovechen”¿A quién se refiere?
R.G.—A las mutuales y cooperativas que otorgan los créditos a tasas usurarias. Son pocas, pero manejan más del 70 % del negocio de los préstamos.
P.-- En realidad son los jubilados los que aceptan las tasas que cobran las mutuales…
R.G.-- Sí, porque hay mucha necesidad. Algunos compañeros están desesperados, tienen que ayudar a sus hijos o nietos, o ellos están delicados y tienen que comprar medicamentos o hacerse atender de manera particular porque el PAMI está colapsado de pedidos y cada vez dan turnos más largos, 60 o 90 días, y la enfermedad no espera y las necesidades, tampoco.
P.-- La ANSeS redujo a la mitad los costos de los préstamos, pero la justicia falló en contra.
R.G.-- Eso es raro, porque si realmente el Estado quiere limitar la tasa de interés de cualquier tipo de préstamo le pide al Banco Central que intervenga, o le pide a la autoridad de aplicación de las mutuales y las cooperativas, que es el INAE, para que limite las tasas que cobran a los jubilados. Pero emitió una resolución con vicios jurídicos que puede ser apelada hasta por Emilse, la señora que me ayuda en la oficina. ¿Cómo puede ser que el servicio jurídico del ANSeS, que nos ha paralizado miles de causas judiciales por reclamos de retroactivos, con chicanas jurídicas de toda especie, no haya advertido que (Diego) Bossio (titular del organismo) estaba firmando una resolución mal construida jurídicamente?
P.--¿Usted, qué piensa?
R.G. --Para mí está todo armado para cubrirse, seguir haciendo negocios y poder argumentar que fue la justicia la que impidió que se bajaran las tasas Si hubieran tenido verdadera voluntad de hacer algo, con el fallo en la mano, en un año de tiempo hubieran hecho una resolución del INAES y listo. Si al final, todo es el Estado! También, podrían haber habilitado al Banco Nación para que les dé a todos los jubilados préstamos a costo más bajo. ¡Y en la competencia, a las mutuales no les hubiera quedado otra que bajar las tasas! Pero, no hicieron nada, silencio absoluto. Los jubilados siguen pagando por el dinero hasta el 90 % de costo financiero por año.
P.-- El Banco Nación está otorgando créditos en efectivo con descuento de haberes.
R.G.-- Si. Pero, sólo a los que cobran las jubilaciones y pensiones en sus sucursales, ahí está la trampa. Son pocos los jubilados que cobran en el Nación o el Ciudad que, también, tiene muy buena financiación, como tres veces menos que las mutuales. Otro banco oficial que nos da créditos, aunque un poco más caro es el Banco Provincia. Pero, hay que cobrar en esos bancos para que aprueben un préstamo y demoran unos días en adjudicarlos, eso es lo que hace que a muchos de nosotros no nos quede otra alternativa que caer en manos de las mutuales o las cooperativas.
P.-- ¿Usted cree que desde el Estado se protege a las mutuales y cooperativas?
R.G. --Por supuesto.
P.--¿Por qué las protegerían en perjuicio de los jubilados?
R.G. -- Porque detrás de las mutuales y cooperativas están los banqueros que son los que hacen el verdadero negocio. Las mutuales que más préstamos colocan, le venden sus carteras crediticias a los bancos, para tener recursos y seguir prestando y quedarse con una buena diferencia. Todos financian los préstamos, el Banco Piano, el Macro, el Finansur y muchos otros. El que pierde es siempre el mismo, el más vulnerable, el jubilado.
P.--¿La mutual de la Fundación Movimiento Patriótico Nacional y Previsional está inscripta para otorgar préstamos por ANSeS?
R.G. -- No. Estamos tramitando hace tiempo el acceso al sistema de descuentos (e@descuentos), pero para eso hay que cumplir con un trámite burocrático muy complicado que requiere de ayuda política.
P.--¿Le ofrecieron ayuda política para inscribir a la mutual en ANSeS?
R.G. -- No. Conmigo esas cosas no funcionan, me tienen en la calle todas las semanas reclamando y denunciando el flagelo que están cometiendo con los jubilados. No creo que me quieran ayudar, al contrario. Ahora estamos luchando contra las recusaciones, planteo de nulidades y denuncias que los abogados del Estado realizan, para paralizar miles de juicios en la segunda instancia de las Cámaras de la Seguridad Social en donde, ya, hay cuatro jueces recusados sobre un total de 9, lo que hace que todo quede parado. Esa es la estrategia que los burócratas aplican para todo, que el tiempo pase y no se resuelva nada.