Este video de 3 minutos que dice llamarse "L'ALTRA PAR", y que se afirma en algunas redes sociales que ganó el premio al mejor cortometraje en el Festival de Cine de Venecia y que fue dirigido por una chica de 20 años... Intenta describir cómo las personas se aíslan en la tecnología y olvidan una de las mejores cosas de la vida: la convivencia humana con el amor y la hermandad.
Nada de lo anteriormente dicho se puede determinar como cierto PERO..... El hecho de investigar respecto a la procedencia de este video me ha incentivado a la reflexión... Es por eso que le otorgo valor, a pesar de sus condiciones de video trucho:
Este video, nos lleva a pensar que internarse en una guerra contra la opresión científica-técnica y consumista es ingresar al dominio del absurdo. Aunque me siento obligado a hacerlo, por mis principios y supervivencia. De antemano sé que voy a perder por goleada... Y, hasta muchas personas me quitarán el saludo por el "atrevimiento" de interpelar al poder sustentado por la "ciencia".
La ciencia: elemento rector, absoluto e indiscutible de nuestra sociedad de consumo; manipulado por un poder sin rostro, pero con tentáculos suficientes para exigirnos obediencia ciega a sus reglas y a la limitación de nuestros derechos fundamentales que nos corresponden, simplemente por el hecho de ser personas.
Mi agradecimiento a este videito trucho surge porque rescató de mi subconsciente la figura de un hombre sabio: el escritor argentino Ernesto Sábato.
Por otra parte, la pequeña grabación de YouTube que inserté más abajo corresponde a la década del 70. Ernesto Sábato, explica con toda precisión: "El hombre conquistó el mundo de las cosas, pero con un gran riesgo para su alma.... Ha terminado por cosificarse... Él mismo se transformó en cosa...."
Durísimo aceptar esto para cada uno de nosotros... Pero... Cómo fundamentar lo contario con las muestras que tenemos todos los días en la TV y en la radio y en las famosas redes sociales?
En este extremo en el que vivimos hoy, tercera década del s. XXI nos estamos comportando como pequeñísimos y despreciables engranajes que llevan un Codigo QR en la mano para ir a un restaurante o disfrutar de una muestra deportiva o de arte o para poder bailar....
Nos entregamos y entregamos a nuestros hijos y padres a los designios de los que mandan en el mundo, con la firme convicción que hacemos lo correcto y siguiendo al pié de la letra los que nos dicen los que financian sus vidas trabajando en la televisión y en la radio. Todos estos medios que son financiados, a su vez, por la publicidad oficial de los gobiernos, los cuales contratan especialistas que divulgan investigaciones 'científicas' que son financiadas, también, por el sector de los laboratorios poderosos a nivel mundial, los que a su vez financian su existencia con el dinero que reciben de los gobiernos y de los consumidores de medicamentos, que hoy, por la dieta industrializada y por el estrés generado en la lucha diaria para poder consumir lo que el "ideario colectivo" exige, se cuentan por miles de millones alrededor del mundo.
En este contexto: existe alguien que tenga deseos de invertir tiempo en pensar si, obedeciendo ciegamente, realmente, está haciendo lo correcto?
Existe alguien que desee tomar consciencia si se está comportando como una persona con criterio propio o si se comporta como un engranje más de una gigantezca máquina de "picar cerebros humanos" para servir al poder de turno?
Para comenzar a reflexionar y sacar algunas primeras conclusiones habría que comenzar, por ejemplo, por aquí: Sábato a mediados de la década del 70, hace 50 años atrás...
Un cortometraje de ficción sobre una situación que, aparentemente, vivió Ghandi... Dirijido Por Sarah Rozik (20 años / Egipto).