lunes, 25 de julio de 2011

Una inquietante fuga hacia el dólar

Por Osvaldo Granados

Hay un viejo diálogo entre economistas. Uno le dice: ¿Cómo está tu mujer. El otro contesta: ¿Comparado con qué?. Allí esta la clave. Cuando decimos hay muchos dólares de reservas en el Banco Central: ¿Comparados con qué?

El excedente de reservas en enero del 2010 alcanzaba a cubrir 8,6 meses de importaciones, en mayo del 2011 alcanzó a 3,3 meses.
Las reservas se mantienen estabilizadas desde el 2007 cuando Néstor Kirchner dejó la presidencia con 52.000 millones de dólares. Pero en estos 4 años, la economía creció al 9%; las importaciones al 39 % y la base monetaria al 40%. Las reservas están igual.
En el acto en la Bolsa de Comercio, Cristina dijo que había que educar para que no se apueste al dólar.
Algo parecido había expresado en 1981 Lorenzo Sigaut, ministro de Economía, con la famosa frase, "el que apuesta al dólar pierde". Los empresarios, inversionistas, la gente salió a comprar en forma desenfrenada y se devaluó 10 días después, Sigaut hizo mutis por el foro.

Pocos meses antes del desastre en el 2001, el Congreso aprobó una ley de Intangibilidad de los depósitos. Esto quería decir en buen romance, que los plazos fijos en los bancos, no podían ser "tocados". Cuatro meses después, fueron, tocados y expropiados, por el corralito y corralón.
¿Cuál es la enseñanza?
Todos aprendieron a no creer en las palabras de los que dirigen el país. Sospechan que cuando se preocupan por algo, es porque el tsunami puede estar cerca.

Hay que entender que el dólar, es la principal forma de ahorro de los argentinos. Si se sospecha que está barato, comprarlos se convierte en algo compulsivo. Muchos no hacen grandes compras, pero apenas tienen el "sobrante", van a las cuevas o a las agencias de cambio.
De una muestra de países emergentes grandes, la Argentina, es el que menos reservas logró sumar en lo que va del año; y el que menos lo ha hecho desde la crisis del 2008.

TRABAS
Como el dólar es mucho más accesible, crecen las importaciones. Guillermo Moreno intenta frenar la caída del superávit comercial, con trabas a las importaciones.
El problema es la balanza energética. Paso de un superávit de 4.000 millones de dólares hace 2 años a un déficit que estaría entre 500 y 1.500 millones de dólares a fin de año.
Esto pasa en un contexto en el que el dólar se debilita contra otras monedas. ¿Está atrasado el dólar? No, pero para muchos sectores ya no es competitivo y dependemos del real de Brasil.

Se supo que están preocupados cuando en una reunión que se realizó en el ministerio de Planificación se habló de importar combustible, por la escasez. Como es más caro en el exterior, se pensó en subsidiar a las empresas petroleras.
El secretario de Comercio Interior se negó porque dijo que necesita un superávit de 9.000 millones de dólares para financiar las turbulencias provocadas por las fuertes fugas de capitales. "No estoy dispuesto a destinar ese dinero para mantener el tanque lleno de los automovilistas".
Las empresas explicaron que no estaban dispuestas a importar a costa de su rentabilidad. El precio local es 40% más barato que en el exterior.

La inseguridad es parte de nuestra historia económica. Nadie puede vender un seguro contra devaluaciones y corridas bancarias a pesar de que ya existen pólizas para casi todo.
Los recuerdos del uno a uno son dolorosos. Además contabilizan los inversores la inflación; la fuga de dólares; la caída del superávit comercial; el déficit energético y el aumento en la necesidad de financiamiento en la suba del gasto publico.
Los plazos fijos cayeron en junio por primera vez en el año. Muchos se comienzan a preguntar si después de octubre se devalúa. Otros preguntan si el dólar a $ 4 puede aguantar mucho tiempo. Las dudas cuando son más que las certezas despiertan al viejo gigante dormido y aparecen entre las sombras "los dolarmaníacos".

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